En cuanto a la demora en la realización del escrutinio, hay varias cosas para observar.Una de ellas, el ridículo sistema de sumatoria de votos. Es inconcebible que Schiaretti haya figurado en más de 30 boletas y Juez en más de diez. Por lo cual, el conteo en las mesas despues de las 18 horas, obviamente no ha sido nada sencillo. Además, hay que agregarle que en la Capital se realizó la consulta popular por el tema de Aguas Cordobesas, lo que adiciona una demora más.Otro tema, es la designación de autoridades de mesa. Muchos de ellas eran personas mayores, con los problemas propios de la edad, sin mencionar a quienes fueron nombrados a pesar de haber fallecido.
En cuanto al Correo, si bien es cierto que hubo actitudes que al menos daban qué pesar (como el desalojo de la prensa, o el impedimiento a Ortiz Pellegrini a ingresar a las oficinas de Colón y Gral. Paz), se trata del mismo correo que participó en Santa Fe, siendo que allí se concieron los resultados antes de las 22. Fue en la provincia vecina donde se habían denunciado posibles fraudes y no en Córdoba. Y el titular el Correo Argentino, Eduardo Di Cola, es tan K como Bielsa, pero más K que De la Sota y Schiaretti (en realidad nunca lo fueron).
Finalmente, la actuación de la justicia electoral dejó mucha tela para cortar. Si el conteo de votos se iba a dar tan lento por lo complejo de las cantidad de boletas, tal como lo explicó la jueza Martha Vidal, ¿por qué nunca se advirtió sobre esa dificultad antes de la realización del escrutinio? ¿Por qué nunca se aclaró el motivo por el que a las 20 horas no se había publicado el restultado de ni una de las mesas de Capital? Si se sabía que el escrutinio iba a ser lento por la cantidad de boletas, ¿por qué se permitió en la Capital relizar la consulta popular en la misma jornada agregando un motivo a la demora? Los cordobeses nos merecemos que nos sean aclaradas estas cuestiones, para que nuestra provincia no quede manchada a causa de este papelón electoral.
1 comentario:
ummm, de haberlo sabido antes le hubiese dicho a Shakespeare que escribiera el Hamlet argentino. Hoy como ayer, sigue oliendo a podrido en Argentina..., perdón, digo en Dinamarca.
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