Eduardo Di Cola brilló por su ausencia durante todo el escrutinio provisorio que consagró a Juan Schiaretti gobernador de Córdoba. Y el dato hubiera sido irrelevante si aquel señor no fuera el responsable del Correo Argentino, empresa pública contratada para realizar dicho escrutinio, cuya labor despertó sospechas de fraude desde el juecismo, por la lentitud con la que se computaron los votos.
Pero nadie supo, ni sabe nada de Di Cola, y en consecuencia, ninguna explicación dió sobre dos puntos centrales: porque se tardó 16 horas en conocer el nuevo gobernador; y porque se obligó a los medios de comunicación a retirarse del Correo promediando las tres de la mañana, justo en el momento en el que Juez había superado por 10 décimas a Schiaretti.
Sobre lo primero, el sitema de envío de los telegramas con los resultados de las localidades del interior vía fax al Correo denota una precariedad de recursos difícil de comprender en el siglo XXI con los avances informáticos. Esto se contradice con el discurso de Di Cola que afirmaba que el proyecto kirchnerista al que respondía implicaba "un nuevo rol del Estado" en sectores de la economía, entre ellos, la eficiencia de empresas públicas y crecimiento independiente de los subsidios del poder central. La realidad demostró que el Correo es deficiente para la realización del escrutinio, al punto de generar sospechas de corrupción en su tarea; y que si hubiera crecido como sus números contables sostienen, podrían haber invertido en computadoras para una mejor comunicación con sus sucursales del interior.
Lo segundo -el retiro de los medios- es una medida que atenta contra el derecho a la información pública, y en efecto, contra el conocimiento ciudadano en directo de la legitimidad de sus nuevas autoridades.
Sería importante que el señor Di Cola aparezca, como una actitud ética de quien conduce una empresa pública cuestionada, y considerando que pretendía ser gobernador de los cordobeses.
martes, 4 de septiembre de 2007
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2 comentarios:
En cuanto a la demora en la realización del escrutinio, hay varias cosas para observar.
Una de ellas, el ridículo sistema de sumatoria de votos. Es inconcebible que Schiaretti haya figurado en más de 30 boletas y Juez en más de diez. Por lo cual, el conteo en las mesas despues de las 18 horas, obviamente no ha sido nada sencillo. Además, hay que agregarle que en la Capital se realizó la consulta popular por el tema de Aguas Cordobesas, lo que adiciona una demora más.
Otro tema, es la designación de autoridades de mesa. Muchos de ellas eran personas mayores, con los problemas propios de la edad, sin mencionar a quienes fueron nombrados a pesar de haber fallecido.
En cuanto al Correo, si bien es cierto que hubo actitudes que al menos daban qué pesar (como el desalojo de la prensa, o el impedimiento a Ortiz Pellegrini a ingresar a las oficinas de Colón y Gral. Paz), se trata del mismo correo que participó en Santa Fe, siendo que allí se concieron los resultados antes de las 22. Fue en la provincia vecina donde se habían denunciado posibles fraudes y no en Córdoba. Y el titular el Correo Argentino, Eduardo Di Cola, es tan K como Bielsa, pero más K que De la Sota y Schiaretti (en realidad nunca lo fueron).
Finalmente, la actuación de la justicia electoral dejó mucha tela para cortar. Si el conteo de votos se iba a dar tan lento por lo complejo de las cantidad de boletas, tal como lo explicó la jueza Martha Vidal, ¿por qué nunca se advirtió sobre esa dificultad antes de la realización del escrutinio? ¿Por qué nunca se aclaró el motivo por el que a las 20 horas no se había publicado el restultado de ni una de las mesas de Capital? Si se sabía que el escrutinio iba a ser lento por la cantidad de boletas, ¿por qué se permitió en la Capital relizar la consulta popular en la misma jornada agregando un motivo a la demora? Los cordobeses nos merecemos que nos sean aclaradas estas cuestiones, para que nuestra provincia no quede manchada a causa de este papelón electoral. Saludos...
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